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divendres, 11 d’abril del 2008

Elena anda por la calle


Elena anda por la calle, pensando en que ya no aguanta más esta cansada de esperar que Oscar cambie, quiere acabar con su relación cree que no puede seguir más con alguien que no la entiende, ni la escucha... ni siquiera la quiere!! Esta decidida, hoy hablará con Oscar y terminará con esta farsa!!
Coge el autobús como una autómata sin fijarse que una compañera de trabajo también viaja en el bus, le saluda: “Elena? Chica en que piensas que no me has visto?” Elena ha tenido suerte es su parada y debe bajarse, no tiene ningunas ganas de hablar de nada con nadie. Con prisas y pocas ganas de hablar se baja del autobús y fantástico!!! Oscar la llama al móvil preguntándole por dónde anda, Elena le contesta con un corto: “cerca” y gira la última manzana antes de llegar al edificio del chico.
Elena delante de la puerta del edificio coincide con un viejo mensajero que lleva un paquete en sus arrugadas manos, entran juntos al edificio y ella se percata del extraño olor que desprende el viejo, sin prestarle más atención de la que se merece la chica se acerca al ascensor.
Oscar le abre la puerta y parece tener pocas ganas de hablar con su chica, le hace cuatro preguntas que suenan a típicas: “Qué tal? Como ha ido el trabajo? Mucho frío?...” y sin que la chica pueda responder se abalanza sobre ella y empieza a besarla. Elena sabe que tiene una conversación más amena con la panadera de su barrio que con su pareja.
La abraza, la besa apasionadamente y sus manos se pierden en busca de los botones de su camisa, se la desabrocha y luego sus manos empiezan la carrera hacia la cremallera de los tejanos... Elena sabe como acabará esto... Ella le dice que ha venido a hablar con él pero la respuesta del chico es clara, tienen tiempo para todo.
Se la lleva acuestas hasta la cama y hacen el amor, Elena se siente más sola que nunca.
Oscar se esta vistiendo, Elena sigue desnuda en la cama preguntándole cuando hablarán... Oscar le dice que pueden hablar mientras cenan que tiene la nevera bacía y que la invita a un pequeño restaurante que conocen bien los dos. Elena resignada acepta.
Él para ganar tiempo deja a Elena vistiéndose y se marcha a buscar el coche al parking. Oscar se marcha con un cariñoso: “ Te espero abajo, espabila que tengo hambre!!!”
La chica se mira en el espejo de la habitación y no puede evitar que una intrépida lágrima se le escape mejilla abajo, se mira en el espejo pero no se reconoce, sigue sintiéndose sola.
Al salir hacia la escalera descubre que el ascensor no funciona así que decide bajar andando, en uno de los pisos y para su sorpresa vuelve a coincidir con el viejo mensajero, sigue llevando el paquete en la mano y esta vez mira a la chica y le sonríe con cierta complicidad, Elena vuelve a oler ese peculiar olor, ahora ya sabe a que huele ese viejo enigmático, huele a azufre, a quemado. Sin prestarle más atención se marcha escaleras abajo.
Oscar tiene una nueva sorpresa para Elena, el chico se ha encontrado a un compañero del trabajo y se lo llevan a cenar con ellos, los dos ya están metidos en una interesante conversación y ella se ve obligada a sentarse en el asiento de atrás del coche, viendo con estupor que su chico pasa totalmente de ella y de aquello que ella quiere contarle. Él la ignorará durante todo el camino y también durante toda la cena en el pequeño restaurante.
De poco servía el romanticismo que envolvía aquel restaurante por que a Oscar solo le importaba reírse despreocupadamente con su compañero de trabajo mientras Elena ocupaba silenciosa la silla del otro lado de la mesa y observaba su reflejo en el cuadro que adornaba la pared.
A media cena ella vuelve a oler ese peculiar olor, ese olor a azufre...incomoda sin saber porque busca con la mirada y encuentra lo que sospechaba... El viejo mensajero esta sentado en la barra con una pequeña cajita en sus manos y con la mirada clavada en Elena. Cuando percibe que la chica lo ha descubierto le sonríe irónicamente.
Entonces algo distrae a Elena, el compañero de Oscar se levanta para ir al baño, ella aprovecha para recriminarle a Oscar su falta de atención y le recuerda que tienen una charla pendiente, el chico le dice que es una pesada que le diga lo que le tenga que decir y que si se aburre ya se puede marchar que tampoco la echarán de menos, Oscar se va acelerando y empieza a reprocharle cosas a Elena que ni ella entiende, Elena de soslayo descubre que el viejo esta abriendo la cajita que tiene entre manos y que de ella saca una serpiente, sin dejar de mirar a Elena deja al animal en el suelo y este avanza sin dudarlo hacia Oscar.
Elena se queda quieta, callada y Oscar al no entender la actitud de su chica empieza a gritarle pero por poco rato porque la serpiente llega al tobillo del chico y le muerde, este cae tendido en el suelo muerto y todo el restaurante corre en su ayuda, todos menos el viejo que aprovechando el desconcierto se aleja entre la multitud solidaria y se va del restaurante dejando tras de si un terrible perfume a azufre. Elena tampoco se ha levantado a ayudar a su amor, sigue sentada impasible mira el cuerpo inerte de Oscar y acto seguido observa su propio reflejo en el cuadro.
Entre el desconcierto del momento se levanta y sin mirar atrás se marcha del restaurante.

4 comentaris:

JOAN ha dit...

Olé!!!
Xo crec k ja l'havia llegit algun cop, oi k no és nou??
Em sembla mol b k t'entretinguis escribint, és una deliciosa activitat!!

Xao ;P

Rizis ha dit...

Uoooo!!! que impactant akest final!!!
Aixi que tas dibuixant alguna koseta??? olee oleeee!!! que es? que es? ja estik impacient!!!

Un petò guapa!!!

luna ha dit...

joan: veritat, no és nou... és viejuno però està xulo,oi???

Rizis: en breve penjo algo q t'agradarà;-P

*Laia* ha dit...

ALA!! Mas deixat morta!
És mol trist i desconcertant xo tà mol bé.

Petons wapa!!